Desesperación

 


Llega la noche sin el estridente sol. Viene toda repleta de oscuridad y un brillo singular. Con pequeños destellos y la cara de la luna. 

Habita el silencio en medio de la nada y en ese banal sinsabor se vienen los recuerdos encima.

 Atormentan, hablan, asfixian. Se meten dentro de la boca y se apoderan de todo el cuerpo. Y vienen las lágrimas a decirte que la vida no tiene sentido, que el dolor es inevitable y que nunca podrás dejar aquel sentimiento que una vez te hizo llegar al infinito. 

Lágrimas corren y la noche fría las congela. Caen como diamantes puntiagudos arañando las mejillas y dejando una cicatriz que jamás se perderá. 

En ese momento eterno todo se convierte en una incesante desesperación que añora que salga el sol para que la oscuridad deje de rodear el alma con su frialdad. 



Estefania L. 


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